Desde la perspectiva botánica, pertenece a la familia de las rubiáceas, se llama Morinda Citrifolia y se lo encuentra en las islas de la Polinesia, especialmente en las Fiji. El árbol del Noni es un arbusto de hojas perennes recubierto de corteza verde brillante; las hojas son de forma elíptica, grandes, simples, brillantes, con venas bien marcadas. Sus flores son pequeñas, blancas y tubulares; ellas producen un fruto ovoide, con una superficie irregular de color amarillento o blanquecino. El fruto huele de modo fuerte, desagradable. El enigma de esta planta crece además con su ubicación, ya que sólo se la encuentra en cercanías de las corrientes de lava volcánica, cuando estas descienden hasta el nivel del mar. De este modo, podemos comprender cómo esta planta se apodera de todos los nutrientes de la tierra. Los nativos se alimentan del fruto del noni y de las semillas tostadas. De la raíz y la corteza se extraen tinturas y extractos con propiedades medicinales.
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